«Conozco a Juanito desde hace años. Hemos vivido momentos realmente bonitos juntos. Recuerdo con especial cariño una comida homenaje que le prepararon las casacas rojas con Manuel Ripoll, entonces presidente del mercado.
Era un domingo por la tarde y nos juntamos 70 personas para comer en el mercado. Recuerdo la mesa de 50 metros en la que nos sentamos para darle a Juanito el homenaje que se merece. El chef Óscar Manresa fue el encargado de cocinar paella y Jordi, sus típicos garbanzos. Fue un día para recordar.
La mayoría de veces que uno va al Pinotxo no tiene sitio para sentarse. Mucha gente intenta colarse para conseguir uno, pero si eres político es imposible. Hace unos días fui allí y me sorprendió ver a Juan en tan buena forma. «Tú como siempre al pie del cañón», le dije. «Si no se está al pie del cañón esto no irá nunca», respondió. Y no le falta razón. Es un ejemplo para muchísima gente.
La Boqueria es para mi un referente en el mundo de los mercados. Y ese es el truco del Pinotxo: la materia prima. Aprovechar un producto de primera y del día. Cuando voy a bares de mercados y descubro que no compran en él pienso que no tiene ningún sentido. La gracia de un bar de mercado es que su suministro sea de las paradas que hay.
El Mercado de la Boqueria es un éxito de la ciudad de Barcelona. No depende de un alcalde u otro, sino de un ayuntamiento en su conjunto y de unos comerciantes que luchan y trabajan. Cada gobierno ha ayudado de la forma en la que ha podido, y durante mi alcaldía construir un parking era una cuestión primordial. La Boqueria no es un mercado de barrio, sino de ciudad, con lo que era importante construir un gran aparcamiento al que se pudieran acercar todos los barceloneses.
Sería terrible para la ciudad que los mercados no funcionaran. Son un referente importante y clave en la construcción del modo de vida barcelonés. Si yo fuera alcalde, me estaría planteando cuál es la transformación futura del mercado teniendo en cuenta todo lo que hemos vivido. Tal vez una reforma del suelo sería recomendable: fue una solución arquitectónica en su día, estéticamente muy bonita pero nada práctica hoy.
De todos modos, creo que ese cambio lo deberían dirigir los propios comerciantes. Yo era alcalde y no sabía de mercados, son sus comerciantes quienes tienen que tomar las decisiones que afectan a su día a día. A veces me discutía con ellos por querer darles más fuerza y autonomía.
El éxito de La Boqueria es el éxito de Barcelona. Probablemente el mayor reto esté en que no se desvirtúe con un turismo que volverá tras la pandemia. Creo que el futuro es buscar un equilibrio: tiene que haber una parte más turística, pero también debe volver a sus raíces y ser una referencia en la ciudad.»
Estos testimonios y mucho más en el libro, ya a la venta, «La Boqueria de Juanito – Pinotxo» editado por Genco Development. Más información en el post de este blog en el que se anuncia la salida a la venta del libro.