La historia de Pastas Santmartí es una historia familiar que se remonta a más de tres siglos atrás. Todo comenzó en el siglo XVIII, cuando la familia Santmartí empezó a elaborar pastas artesanales en Caldes de Montbui, una pequeña ciudad situada en la provincia de Barcelona, España. Desde entonces, la tradición ha ido pasando de generación en generación, hasta llegar a la actual gestión y dirección que corre a cargo de Berta Santmartí y su marido.
En 1700 Isidre Sanmartí fue el primero en experimentar las propiedades de la transformación del trigo en harina y de su mezcla con agua caliente. Se obtenía una masa que convenientemente elaborada era apta para su consumo inmediato. El problema era que no se conservaba demasiado tiempo puesto que se quedaba rígida en el transcurso de las horas.
Así pues, los Sanmartí empezaron a tratar la masa de forma y textura inventándose un aparato de madera con unos orificios de salida por los que apretando muy fuerte la masa salía en forma de unos filetes, actualmente tallarines o espagueti.
Estos hilos, dejándolos secar convenientemente tenían una duración muy larga ya que la pasta una vez seca podía guardarse y después poniéndola con agua caliente y hirviéndola se ablandaba y era apta para el consumo. De ahí nacieron los fideueros SANMARTÍ de Caldes de Montbui.
Ya en la actual generación, Carles Santmartí creció rodeado de la tradición familiar de la elaboración de pastas artesanales. Desde muy joven, aprendió las técnicas y los secretos que habían sido transmitidos de generación en generación, y se enamoró de este oficio. Cuando decidió emprender su propio negocio de pastas en 1999, lo hizo con el objetivo de continuar con la tradición familiar y de ofrecer productos de alta calidad elaborados con los métodos más tradicionales.
A lo largo de los años, la empresa ha ido evolucionando y adaptándose a las necesidades del mercado, pero siempre manteniendo la esencia y la calidad que les caracteriza. Santmartí ha sabido combinar la tradición y la innovación para crear productos únicos y deliciosos que han conquistado los paladares de miles de personas en todo el mundo.
Hoy en día, Pastas Santmartí es una empresa consolidada que cuenta con una amplia gama de productos, desde pastas clásicas como los espaguetis o los macarrones, hasta opciones más innovadoras como las pastas integrales o las sin gluten. La empresa tiene presencia en todo el territorio nacional y exporta sus productos a varios países europeos.
Lo que diferencia a Pastas Santmartí de otras empresas de pastas es su compromiso con la calidad y la sostenibilidad. La empresa utiliza únicamente ingredientes de alta calidad, muchos de ellos procedentes de proveedores locales, y elabora sus productos siguiendo técnicas tradicionales que les confieren un sabor y una textura inigualables. Además, la empresa ha implementado medidas para reducir su impacto ambiental y contribuir a la protección del medio ambiente.
Una empresa actual
En octubre de 2003, «La Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona», otorga el reconocimiento público por los más de tres siglos de existencia de la familia y empresa PASTES SANMARTÍ.
Cataluña es el mercado natural y principal de Sanmartí, pero hace pocos años que sus productos también han empezado a salir al exterior. Uno de los mercados donde han encontrado mayor aceptación es en Londres, pero también tienen ventas regulares en Estados Unidos y Alemania. Sin embargo, las exportaciones apenas explican el 15% de las ventas.
La prudencia en la expansión internacional del negocio no impide que Sanmartí haya ido innovando siguiendo gustos y modos de los consumidores. La pasta con tinta de sepia o verduras ha sido parte de las innovaciones de los últimos años.
En definitiva, la historia de Pastas Santmartí es la historia de una familia que ha dedicado su vida a la elaboración de pastas artesanales de alta calidad. Una tradición que ha pasado de generación en generación y que hoy en día sigue viva gracias al esfuerzo y la dedicación de Carles Santmartí y su equipo. Una historia que nos demuestra que la tradición y la innovación pueden ir de la mano para crear productos únicos y deliciosos que nos conectan con nuestras raíces.